domingo, 2 de diciembre de 2012
LA POSIBILIDAD DE CONSTITUIR UNA HIPOTECA UNILATERAL
lunes, 23 de abril de 2012
La música: REGALO DE DIOS PARA EL CORAZÓN
Todos podemos hacer música
La buena música puede ser terapéutica
‘Con canción elogiaré a Dios’
martes, 1 de febrero de 2011
Menú para salvar al planeta
La Verdad de las Encuestas
Toledo tiene 30,7%, Castañeda 21,3% y Keiko 20,3%. Las últimas encuestas, ponen al candidato de Perú Posible, PP, Alejandro Toledo, en el primer lugar de las preferencias. Pero, ¿cuán creíbles son estas encuestas?
Según la encuestadora Imasen, Alejandro Toledo estaría al frente de las preferencias electorales en los comicios presidenciales a celebrarse en abril de 2011. Sin embargo, como señala el analista Rafael Roncagliolo, los sondeos no significan sino un momento fotográfico.
Más aún. En general lo que éstas hacen es dar un cuadro impresionista del momento, una imagen un tanto borrosa de la realidad.
La razón para esto es muy sencilla . El supuesto de la encuesta es que el encuestado siempre va a decir la verdad. Pero ese supuesto es discutible. Sobre todo en ciertos medios sociales como el medio rural. ''En esa situación, cuando el encuestador se acerca a preguntar, el encuestado está generalmente en una situación de stress y se pregunta: ¿Qué es lo que este señor quiere que yo le responda? Hay que suponer que el encuestado no dice siempre por quién va a votar. Con esto no se quiere decir que no hay forma de realizar un control adecuado de la calidad técnica con la que se realiza un sondeo o encuesta.
Credibilidad
Menchola cuestionó los resultados de Imasen, al precisar que en el sondeo en el sur del país se considera a Toledo líder en las preferencias por la defensa de los intereses del país. Menchola: ''él percibe un gran rechazo hacia el ex mandatario por el tema del gas de Camisea. Nos resulta realmente insólito, es poco creíble", dijo.
Roncagliolo: ''En el caso peruano, el Jurado Nacional de Elecciones establece que determinada información técnica debería ser publicada por las empresas encuestadoras y formadoras de opinión. Como resultaría imposible poner un fiscal que controle a cada una de ellas, entonces se opta por el voto de confianza. Es muy difícil realizar un control que vaya más allá de las normas que ya existen. En Perú hay encuestadoras que son conocidas por beneficiar a ciertos partidos, pero las que más atención se merecen no son consideradas como partidarias.
Fuente: Radio Nederland
jueves, 2 de diciembre de 2010
La obligatoriedad y la reforma de la salud
Carlos E. Paredes (*)
2. En este contexto, se planteó la necesidad de articular la respuesta del Estado con las necesidades de la población, dejando de focalizar el gasto en los enfermos y reorientándolo hacia la prevención. La propuesta de pasar de un enfoque curativo a uno preventivo no es nueva. Es más, resulta indispensable tanto para el accionar del Estado como para los seguros privados que, al ser más eficientes, se volverían más accesibles para un número mayor de familias. El denominado "gasto de bolsillo" es muy grande en el Perú (S/. 4,000 millones al año), la automedicación prevalece en casi todos los sectores, y el resultado en salud es negativo. Estos dos hechos constituyen evidencia de que el aseguramiento en salud es muy bajo e ineficaz. Y claramente no estamos hablando del aseguramiento formal (según cifras oficiales, ¡somos 23 millones de asegurados!), sino del real, de la persona que se siente protegida y puede recurrir a un centro a atenderse cuando lo necesita y no cuando le puedan dar turno.
3. Incrementar la población realmente cubierta por un seguro de salud y marchar hacia el aseguramiento universal es un objetivo deseable y compartido por las diferentes fuerzas políticas del país (existe un acuerdo explícito de los partidos políticos en torno a este tema). Sin embargo, es claro que esto no se producirá de manera espontánea, por lo que la Ley de Aseguramiento Universal en Salud decretó la obligatoriedad del aseguramiento en salud para todos los residentes del país –y, con realismo, contempló la introducción progresiva del nuevo régimen. En este contexto es que la semana pasada se publicó un decreto supremo que introdujo la exigencia (progresiva , en 18 meses) de acreditar el aseguramiento público o privado de todo residente en el país, para acceder a préstamos bancarios, ser proveedor del Estado o realizar trámites administrativos ante instituciones del aseguramiento universal.
4. A pesar de algunas reacciones iniciales adversas que reflejan temores infundados, este es un paso importante en la dirección del aseguramiento universal, que podría evitar que la ley sea letra muerta. La obligatoriedad de asegurarse, de quienes tienen capacidad de pago y pueden acceder a un préstamo, contribuirá a evitar que estos saturen los hospitales públicos, que deberían atender principalmente a los que no tienen recursos. Sin embargo, resulta conveniente resaltar que el concepto de la obligatoriedad no solo debe imponerse a la población asegurable, sino, y sobre todo, implica una obligación de financiamiento para el Estado. Si las autoridades realmente piensan que en el Perú somos 23 millones de asegurados, cabe preguntarles: ¿por qué los asegurados de Essalud y del SIS realizan un alto gasto de bolsillo? ¿No será porque sus seguros no les cubren sus necesidades de salud?
5. Marchar hacia el aseguramiento universal es positivo, pero hay que hacerlo de verdad y no solo en el papel. El Estado tiene que mojarse y no solo pedirle al sector privado que se moje. En este sentido, resulta inaudito que a menos de dos años de lanzada la reforma, el SIS ya esté acumulando deudas con proveedores y que la Ley de Presupuesto no contemple cancelar dichos adeudos. Claramente, universalizar el acceso a la salud tendrá un alto costo para el Estado, hay que presupuestarlo. No pretendamos alcanzar grandes beneficios sin pagar el costo de un verdadero proceso de aseguramiento universal en salud. ¡No hay lonche gratis!
(*): Director de Intelfin y Profesor de Economía de la USMP.